martes, 11 de mayo de 2010

Satelites


ELEMENTOS PARA LA INTERPRETACION PARA EL SISTEMA MORELOS DE SATELITES

La adquisición del sistema Morelos de satélites es uno de los puntos que explican la política que desde hace 40 años sostiene el Estado en materia de radiodifusión.

La idea de contar con este moderno sistema en medio de una crisis económica deja sorprendida la opinión pública. El Estado, desde un principio, ha hecho conocer su inclinación por poseer tecnologías de información avanzadas, como una señal de su política modernizadora.

El Sistema Morelos de Satélites (SMS) es una realidad reciente, y por otro ha surgido entre enormes contradicciones de planeación y notables ausencias de información oficial, resulta aventurado elaborar en estos momentos apreciaciones definitivas sobre el sentido y las repercusiones que dicho programa tendrá en el modelo de desarrollo del país.

El impacto que este proyecto conlleva para el futuro desarrollo de la nación es:

La deficiente negociación del proyecto; la perdida de autonomía y la dependencia política del país, la incierta expansión de los servicios de telecomunicaciones ; el cuestionable desarrollo y la relativa integración nacional; la transformación de la televisión en el principal aparato de hegemonía cultural del Estado Mexicano; la actitud de este ante la expansión de las nuevas tecnologías, entre otros problemas.

LA DEFICIENTE NEGOCIACION DEL PROYECTO

Tomando en cuenta el proceso mediante el cual el gobierno de la república negocio, por conducto la SCT, la fabricación, el lanzamiento y la colocación espacial del SMS, importa destacar que al no explotar las ventajas bilaterales que su realización ofrecía, “coloco en una sola canasta todos los huevos.

El consorcio privado televisa inicio a finales del gobierno anterior tramites con la compañía Hughes Comunications International para producir un satélite de transmisión directa que posteriormente seria sustituido por el de difusión domestica, gestión que nuestro gobierno reanudo mas tarde, sin visión del conjunto del país siguió el camino trazado por el consorcio privado. De esta manera el gobierno no supo negociar otras alternativas y contrato con seis compañías Estadounidenses – Hughes Aircraft, Mc. Donell Douglas, NASA, Comsat General Corporation, Inspace y el Eximbank – y una japonesa Nipon Electric Co; de Tokio – la infraestructura medular para el desarrollo del país en los próximos 10 años.

El gobierno mexicano entrego la casi total edificación del programa a un conjunto de monopolios Estadounidenses sin obtener ninguna ventaja a cambio. De esta forma en lugar de diversificar la ya altísima dependencia tecnología respecto de los Estados Unidos, se incremento desproporcionalmente la subordinación a ese país. No obstantes las distintas alternativas que se ofrecían al proyecto, el gobierno mexicano inicio por su propia voluntad una nueva era espacial con la mas alta dependencia tecnológica que haya tenido el sector de las telecomunicaciones nacionales.

Por falta de planeación a mediano y largo plazos, el estado no ha asimilado la lección que implica el concurso de televisa en la elaboración de los proyectos nacionales. Si desde el principio el gobierno hubiera sido el gestor principal en las negociaciones del satélite habría existido probablemente la posibilidad de controlar el manejo del proyecto desde su origen y con ello hubiera podido reafirmarse mas la soberanía de México frente a los Estados Unidos y las grandes potencias industrializadas.

SISTEMA SOLIDARIDAD

Los satélites del Sistema Solidaridad fueron construidos por la empresa Hughes Aircraft Company (actualmente Boeing), y costaron más de 300 millones de dólares, incluyendo servicios de lanzamiento, adecuación al centro de control de Iztapalapa, un nuevo centro de control en Hermosillo y seguros.[] El Solidaridad 1 se lanzó en noviembre de 1993 por medio de un cohete Ariane.

SISTEMA SATMEX

En 1997, el sistema satelital mexicano operado por el gobierno federal a través de Telecomm, que incluía los satélites Morelos 2, Solidaridad 1 y 2 y Satmex 5 en construcción, así como los centros de control de Iztapalapa y Hermosillo, se privatizó, constituyéndose la empresa Satélites Mexicanos (SATMEX), con la participación mayoritaria de telefónica Autrey y Loral Space and Communications, y una parte minoritaria del gobierno mexicano. Desde entonces, SATMEX se encarga de su operación y administración.[]


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